¿Alguna vez habéis buscado vuestros
sueños en el retrovisor de un coche? Desde
muy pequeña mi cabeza ha estado llena de metas por alcanzar, de lugares donde escapar y de momentos de escapar de
todo. Estos últimos nunca han llegado, afortunadamente. He conseguido vencer a
mis temores a tiempo, aunque a veces me haya encontrado con un muro tan alto
tan alto, que me he sentido más pequeñita de lo habitual y he tenido que batir
mis alas imaginarias a toda velocidad para poder superarlo. Agotada al otro
lado, pero contenta por lo conseguido. Así me encuentro en estos momentos
cuando recuerdo el retrovisor del Renault 21. Al volante, mi padre. A su lado,
una niña llena de inquietudes que miraba coqueta el retrovisor y pensaba en
nuevos horizontes.
Han pasado muchos años desde la
adolescencia en la que todo parece alcanzable. Tantos, que ahora casi no puedo
mirar a mi espejo retrovisor porque mi lugar, por obligación de madre, está
detrás de las trincheras. Pero cuando el destino me lo permite y mi mirada
vuelve a encontrarse con el retrovisor, sigo mirando fijamente a mis ojos y
viendo a esa niña. Antes, yo le hablaba al espejo y le decía cuántas cosas nos
quedaban por descubrir. Ahora es el espejo el que me mira y me dice: “no dejes
que tus patas se fijen al suelo. Salta, salta…, y disfruta de la mujer en la
que me has convertido.”
(Dedicado a las mamás que alguna vez
han pensado, equivocadamente, que tenían que renunciar a sus sueños y dejar de
batir las alas. A las que piensan que en aquel cruce de caminos no tomaron la
decisión correcta. Es agotador, pero si consigues seguir soñando habrás
triunfado. Mi reto actual: volver a crear sueños para mi nuevo retrovisor y
para la nueva mujer que se mira que él. La vida sigue… salta, salta!!!!)
!vamos pequeña! jajaja XD
ResponderEliminar