jueves, 31 de enero de 2013

Mis 35 primaveras.



No soy de las que presume de tener cientos de amigos. A mí me gusta más poder contarlos con los dedos de una mano y sentir en un abrazo o en un simple roce esa energía que sólo un verdadero amigo te sabe transmitir. Hace poco celebré mi 35 cumpleaños con una fiesta sorpresa. “Felicidades!” gritaron todos al tiempo que lanzaban serpentina. Esto me lo ha tenido que contar mi chico porque del susto no escuché nada, sólo voces, y no vi a nadie, sólo a gente. Bueno sí, vi a un chico que no me sonaba de nada y pensé: “qué es esto? Piensa chiquilla, piensa… Si está aquí le tienes que conocer…jajajaja” Y claro que le conocía, pero no en persona, se ha hecho rogar el jodío (un beso, ha merecido la pena la espera). 

En fin, que hoy quiero agradecer a todos ellos su presencia en mi primera fiesta sorpresa. Me ha servido para recargar las pilas con buena onda, que últimamente hace falta por todo el mundo. ¿Quién sabe?, lo mismo hicimos “efecto mariposa” esa noche y llevamos alegría a más de un hogar. Así es que, desde aquí, mando un fuerte “abrazo de oso” a:

- A mi marido, el hombre de mi vida, mi mejor amigo y mi mejor amante, todo en uno.
- A mis hermanas, la carnal y la política (la pequeña y la mayor, jajaja). Dos compañeras de vida a las que adoro.
- A mis cuñados, mi negrillo y mi gigante, dos sinvergonzones con gran corazón.
- A mis excompis de curro, mis confidentes en más de una ocasión. A la alta del grupo (no es difícil  con mi longitud jajaja) y la súper mami, la mujer más despistada del mundo. Imposible no quererlas porque son todo amor.
- Al chico del bajo, el de las patillas, el amigo músico, el de la sonrisa constante y la lengua suelta cuando la noche avanza ante una buena ronda de deliciosas bebidas espirituales.
- Al nuevo, al que por fin se dejó ver en persona. ¡Existes y nos encantas! Gracias.
- A mi ángel, que apareció en mi vida en un momento muy duro y decidió quedarse. ¿Qué puedo decir? Conoces mi interior mejor que nadie, literal jajajaja Te adoramos, eres nuestra niña.
- Al chivotilla, como le llama mi peque desde que le conoció. Alegre, atento y delicado cuando se acerca a mi tripita y me dice “¡qué bonita es!”, me encanta jajaja y creo que a la mujercita que hay en ella también.
- A mi pequeño hombrecito, que me da la vida.
- A las dos princesitas, la rubia y la morena, dos preciosas mujeres que volverán loco a mi chico jajajaja

A la amistad sincera. Muas:)

jueves, 17 de enero de 2013

¡Adiós cacota, adiós pipí!



“Con las patas colgando” me hubiera quedado tiempo atrás, si alguien me hubiera dicho que algún día iba a terminar aplaudiendo a una “caquita”. Como lo oyen, levantando los brazos al grito de “Biennn, mira como cae por el túnel”, “qué chuli”, “¿a qué mola un montón?”, “y ahora el pipí… andaaaa, ¡pero qué bien lo haces!”

Cuando comenzó la operación “Fuera Pañal” sólo podía pensar en comprar esa especie de plástico transparente que se ve en todas las pelis de asesinatos. Imaginaba que mi pequeño hombrecito iría de aquí para allá como los perrillos, haciendo caca y pis por cualquier rincón. Así pues, que mejor manera de evitar daños mayores que plastificando alfombras y parquet antes de la explosión del pequeño culete, jajaja Afortunadamente, tengo tan poco tiempo a lo largo del día que, cuando me he dado cuenta, ya estaba metida en plena faena. 

- Tenéis que convertir el momento baño en algo divertido.- nos dijo profe de guardería. 

Y ha sido tan divertido que, a excepción de un par de despistes, ni alfombras, ni suelo, ni sofá… Lo único que ha cambiado en casa es el momento wc.  Juguetes, cuentos, música… todo vale para hacer de nuestro primer contacto con ese “túnel” (cómo lo llama mi pequeño desde la distancia. Debe pensar que es un pozo sin fondo,jajaja), algo divertido.
Sentada en un banquito junto a él, hablamos, cantamos y sobre todo, nos reímos un montón. Él se siente feliz porque luego podrá tirar de la cadena y ver cómo el agua se lleva la “cacota”. 

- ¡Adiós cacota, adiós pipí!- le decimos los dos, como si estuviéramos despidiendo a un amigo en plan: ¡qué tengas buen viaje, ha sido un placer!

Y como los niños son verdaderas esponjas a la hora de aprender, ayer, cuando vio que mami se disponía hacer pis, se sentó en el banquito y me dijo:

- “¡muy bien mami, lo has hecho muy bien!” jajajaja

martes, 15 de enero de 2013

Si no sabes querer, no des vida.



Le quiero tanto que sólo con oler su cabello, sus piececitos, con escuchar su respiración mientras duerme, su tono de voz estridente cuando canta a “grito pelao”, sus pisadas ir y venir mientras hace volar a Buzz Lightyear… sólo con eso se me escapa una sonrisa y me lleno de paz interior.  Es como si todo lo demás, por unos instantes, no importara nada. Ahora le ha dado por coger un cepillo para peinarme “como Rapuncel”.

- “Así mamá, qué guapa…”-  y por muchos piropos bonitos que te hayan dicho, ninguno puede igualar al de tu hijo, aunque suene cursi, Disney o infantil. 

- “¿Tienes pupa en la tripita”?

- “No cariño, mamá tiene la tripita grandota porque tu hermanita está aquí escondidita. Escucha: “Hola hermanito, ¿me das un beso? Te quiero mucho y tengo muchas ganas de jugar contigo” (y todo esto con voz de niñita pequeña y movimientos de “tripota”, para que el peque comience a querer a su nueva compañera de juego, de mimos, de vida)

Y como le quiero tanto, no consigo entender a esos que se llaman padres y dan de lado al hijo mayor cuando nace el siguiente. A los que culpan al mayor de todos los males, sin miramientos, de todos los llantos del pequeño, del cambio de su vida acomodada por otra llena de personitas que requieren su atención. A esos, que hay muchos, les digo: 

“Con las patas colgando me gustaría quedarme tras el “mamporrazo” que os metía con la izquierda y con la derecha, por crueles”. 

Me dedico esta entrada a mí misma, para que nunca cometa el error de no repartir mi cariño por igual a mis dos pequeños tesoros. Si el amor es inagotable, ¿por qué dar tanto a unos y tan poquito a otros? Qué mal repartido está todo en este mundo.