domingo, 26 de agosto de 2012

Mil y un abuelos.

No hay nada como la sinceridad e inocencia de los niños. Es cierto que siempre dicen lo que piensan, quizás porque en su pequeña cabecita aun no existe el pudor ni la prudencia. También he oído que pueden llegar a ser muy crueles, pero supongo que a edades muy tempranas la crueldad aun no forma parte de su naturaleza. Soy de las que piensan que somos buenos hasta que la sociedad nos corrompe o hasta que chocamos con la primera piedra.

Disfrutando de unos días de relax, el benjamín de la familia se ha convertido en el protagonista absoluto de nuestras vidas. Qué pasada cuando puedes compartir tantas horas con él y ser testigo de sus locuras infantiles. Ahora le ha dado por llamar abuelo y abuela a toda persona con algo de canas, arrugitas y poco pelo.

- "Mira mamá, papá...¡El abuelo! ¡Hola abuelo, abuelo, abuelooo!".

Es tanta la vergüenza cuando el supuesto abuelo no supera los cincuenta y se sorprende ante la llamada insistente del niño, que su padre y yo ya hemos inventado un dialogo paralelo:

-"Claro cariño, vamos a ir a ver al abuelo y le vamos a decir ¡Hola abuelo, abuelooo!".

Su obsesión por los llallos llega hasta tal punto, que el otro día mientras miraba unos libros en una tienda me gritó con voz aguda y pitufina:

-"Mira mamá, abuelo, abuelo"Y vino hacia mí con risa nerviosa y un libro de Paulo Coelho. En esos momentos no hay plan B que funcione, solo queda dejar libertad a la risa.

Con las "patas colgando" me quedé el día que señaló un enorme cartel de Beckham calzoncillos, que se encontraba situado en unos grandes almacenes y me dijo:

-"Mira mamá...¡Papáaaa!".

viernes, 24 de agosto de 2012

"Amor de hijo" (amijo).

Cada vez estoy más enamorada de mi hombrecito de dos años. Y no es que sea un amor tipo Cupido, sino mas bien un cariño extremo,  de esos que te llevan a tatuarte un corazón en el brazo con dos flechas sangrantes y con la original frase: "Amor de hijo". Afortunadamente tengo pánico a las agujas y me espanta la idea de que dentro de unos años, cuando mis tríceps parezcan alas de gallina vieja, mi bonito y súper hortera tatuaje solo diga "ajo" o, en el mejor de los casos "amijo".

- "Mírala que moderna con tatuaje", me dirán las abuelas mas envidiosillas, que a continuación añadirán: "si es que esas cosas no están hechas para la vejez".

- "No chochees tanto mujer. Vieja serás si así lo crees. Haz como yo y evoluciona. En lugar de arrugas tengo lindas marcas de expresión.¿Y te has fijado en mis brazos? Mis pequeñas aletas laterales paran a cualquier taxista que se precie. ¡Y que decir de mi tatuaje, al más puro estilo juvenil: fuera sílabas, abreviemos consonantes y vocales....AMIJO FOREVER".

(Que conste que estoy en contra de la mutilación del castellano. Con las patas colgando y los ojos al "virulé" me quedo cada vez que leo lindezas de este tipo: 
- abia ido, 
- se a comprado
- ayi kedams...

Solo puedo decir: Ke oror!! Me dele la bsta).

lunes, 20 de agosto de 2012

La botella de coca-cola.

Hace años me encontraba bailoteando en una discoteca de Madrid cuando de repente... "¡Plás!" Sentí un golpe tremendo en la cabeza. Coincidía justo con el momento "meneíto" en el que tienes que bajar "suavessito" al suelo, así es que, nadie se dio cuenta de mi desdicha hasta que llegó la parte del "arriba,arriba,arribaaaa!!!" Lógicamente yo seguía en el suelo, retorciéndome de dolor y muerta de la vergüenza:

- "Mira que ponerme a bailar el meneíto, caerme esa botella de coca-cola que ahora rodaba junto a mi pie izquierdo y no romperse, ¿Cómo era posible?"

Las escenas siguientes pasaron tan rápido, que solo recuerdo estar fuera del local,custodiada por dos mastodontes mientras una chica muy simpática,con una descomunal "polla de plástico" en la cabeza me preguntaba si estaba bien.

- "Sí, gracias". Le respondí con una sonrisa mientras observaba el vaivén del "miembro" que adornaba su cabello. 

La cosa es que ayer, durante una bonita velada con mis dos amores (el papi y el nene), otra botella de coca-cola se cruzó en mi camino. Esta vez no cayó de un segundo piso, sino de una mesa directa a mis pies. Con "las patas colgando" me quedé cuando vi que a esa distancia se hacía añicos. Tras comprobar que no había daños mayores, llamé al camarero y le dije: 

- "perdona, se nos ha caído la botella de coca-cola".

A lo que mi hijo, que está aprendiendo a hablar, añadió: 

- "mamá ha roto, ha roto mamá".

lunes, 13 de agosto de 2012

Ser madre...Toda una aventura


Hace dos años comenzó la mayor aventura de mi vida. Son de esas historias que van creciendo día a día y que no dejan de sorprenderte; llena de alegrías, de penas, de desesperación, de ataques de histeria, de risas que te dejan sin aliento…

¿Ser madre me ha convertido en mejor persona? No lo sé, si acaso ha puesto a prueba mi paciencia (¡tengo más de la pensaba!!!), mi capacidad de sacrificio y mis posibilidades para amar (cada cariño es diferente pero irremplazable). Lo que sí me ha permitido esta nueva etapa de mi vida es descubrir cosas tan sencillas como estas:
  • Decir los buenos días siempre, siempre con una sonrisa… aunque te vaya la vida en ello porque tu cabeza va a estallar (de migraña, no penséis mal!)
  • Hablar con calma, con  ese tono entre niña tonta y princesa Disney que consigue domar a las fieras.
  • Tomar aire antes de dejar escapar un grito que sólo conseguirá empeorar las cosas. “No lo sueltes, no lo sueltes”.
  • Jugar a los coches y ponerles voz de pitufinos: “¡Hola Rayo, soy Mate! ¿Nos vamos a dar una vuelta?”
  • Imitar a todos los animales, a los que existen y a los que se han extinguido como los dinosaurios… (Reconozco que algunos como el elefante se me resisten).
  • Sentarme en una alfombra sin prisas, solo por el placer de hacer compañía a quien me ha cogido de la mano y me ha dicho: “a bugáaaa mamá”.
  • Dar besos a cada instante y parar cuando una vocecilla dice: “vaaale mamáaaa, vaaaale”. (Todavía no sabe llamarme pesada).
  • Enseñar la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. (Esta es la parte más complicada).
  • Dejar de preguntarme si soy buena o mala madre, cuando das el 100% no hay interrogantes que valgan, ni dudas posibles.
  • Apreciar un beso chiquitín y un abrazo al cuello dado con tanta fuerza que llega a despeinarte.
  • Quedarme despeinada porque así mantengo un poquito más el recuerdo de ese abrazo.
  • Oler con gusto unos piececillos que mantienen la esencia del que se ha tirado todo el día correteando. Olerlos y decirle: “puffff…. ¡Cómo huelen!...” y escucharle soltar una carcajada, mientras ves que te los vuelve a colocar en la cara… (estos niños…)

“Con las patas colgando” me quedé la primera vez que sentí que aquello no era como mis  “pepones”: ni las caquitas, ni el pis, ni el día de fiebre, ni los cólicos… Pero “mis patas” cuelgan ahora todos los días al ver que me espera sentado en su camita cada mañana y que le sale un hoyuelo “picarón” cuando sabe que le voy a “plantar” un gran beso de buenas noches.

(Para mi pequeño, que hoy cumple dos añitos, y para su papi que vive esta experiencia conmigo)

viernes, 10 de agosto de 2012

Una, dos y tres ovejitas...


No entiendo por qué  motivo, si tu cuerpo está cansado, no hay modo de ponerlo en stand by y echarte a dormir cuando te apetezca. Anoche eran las tres de la madrugada y mis piernas no paraban de moverse en la cama: ahora a la derecha, ahora a la izquierda, ahora las cruzo, me pongo boca arriba, boca abajo, de lado… Finalmente voy al baño, simplemente por el convencimiento de que quizás, levantándome, a mi mente le dé por sentirse agotada y… ¡plás!, se apague durante unas horas. Pero nada, vuelvo a la cama, bebo agua y compruebo que mi pareja está dormida.

- “¡Qué pena! Con lo que me apetece una buena conversación, de esas tontas de colchón que no van a ninguna parte. ¿Le despierto? Puffffff …”

Y entonces, comienzo hablar sola, “para mis adentros”, y empiezo a poner en práctica viejos remedios caseros contra el insomnio. ¡A lo que te puede conducir la desesperación!

- “Una, dos, tres, cuatro, cinco ovejitas... Seis, siete, ocho, nueve ovejitas, ¿saltando una valla? Pues sí que me han afectado los JJ.OO. Sigo… diez, once… ¿Quizás si pruebo con vacas? Una, dos, tres, cuatro vacas y… ¿un elefante? Un elefaaante, se balanceabaaa, sobre la tela de una araaaañaa... ¡No cantes, no cantes!... vuelve a las ovejitas. Una, dos, tres, cuatro ovejitas… jolines, ¿qué hace otra vez ahí el elefante?”

Lo sé, os habéis quedado con “las patas colgando”. Yo también, porque acabo de buscar más remedios contra el insomnio en internet. Os dejo uno que me da cierta grima, pero ahí va para quien quiera probarlo o quiera expulsar al vampiro que esa noche ha poseído su cuerpo.

Lavar y partir en dos 3 dientes de ajos.  Verter en una taza de leche que esté hirviendo.  Beber esta preparación, aún tibia, antes de acostarse. (“grrrrrrrrr”. Recomiendo no dirigir el aliento hacia la persona que tienes al lado. ¡Súfrelo en silencio! jajaja)

jueves, 9 de agosto de 2012

El Domingo... ¡A currar!


Cuando llega agosto el mundo se para. Es como si la humidad desapareciera bajo las piedras. Supongo que será el sol, el verano y las bajadas de tensión. ¿Quién no ha sentido aún un bajón de  los de tirarte en el sofá y dejar colgar una de “tus patas” por encima del cojín, solo por el simple hecho de sentir cómo se balancea de un lado a otro?
Son momentos duros, cuando sabes que no pueden durar mucho, porque tu mente quiere obligarte a caer en el sueño más profundo.

- “¡Ni un tren expreso le despertaría!”, diría uno de los personajes de una de mis películas animadas favoritas de Navidad.

Yo el otro día me sentí caracol. Era como si llevara encima la casa entera.

- “¡Putos cimientos, no hay quien los arranque!” Así es que, ahí me quedé, embobada mirando al infinito cual palomo pichón.

Ayer, sin ir más lejos, caminaba con mi hermana y me dijo:

- “¡Estamos lelas!” Vamos, que parecíamos dos babosillas a punto de ser aplastadas por una enorme bota sin compasión.

La cosa es que llevo dos días de silencio: no teléfonos, no faxes, no compis… Y como una es muy aplicada y adelanta trabajo enseguida, de repente te das cuenta que no sabes qué hacer cuando no hay nada que hacer.

Por eso creo que el mundo está al revés. No tiene sentido que en una época de vacas flacas y sol ardiente, se aprueben medidas como la liberación de los horarios comerciales. ¿No se supone que Dios creó el domingo para descansar? Para una cosa con la que puedo estar de acuerdo... Además,  ¿no estamos gobernados por los que defienden la familia por encima de TODO? ¿Qué día hay más familiar que un domingo? ¿Qué fue de: “El Domingo: día del Señor y día de la Familia”?

(Dedicado a los que se han quedado sin domingo (Ana, Luis, Rafa, etc.); a los negocios familiares que tendrán que rifar qué miembro del grupo se pierde la comida en casa esa semana; a los que no tienen derecho a quejarse porque tienen trabajo en la época del VALE TUDO…)

lunes, 6 de agosto de 2012

Los 100 de Usain Bolt.


A falta de siete minutos para la gran final de los 100 metros lisos, todo estaba preparado en casa: televisión, cervecita, picoteo y concentración.

- “shuuuuu, calla, calla… a ver qué dicen”.  Como si las palabras fueran a competir o hicieran más veloces a los atletas.

- “Qué más da… lo importante es la imagen. No nos pongamos nerviosos que, como todo lo bueno, esto se resolverá en menos de 10 segundos, jajajaja”

Y allí estábamos, esperando impacientes la presentación de cada una de esas máquinas súper humanas de las zancadas. Y entonces, caí en la cuenta de que estaba sola. Mi compañero había volado, literalmente, hacia la habitación del bebé; quizás en un intento de imitar a uno de sus ídolos, Usain Bolt. Y allí estaba, quieto, como una estatua. Lo miré a través de la “cámara espía de bebés” y pude observar que le había puesto el “tute”.

- “¿Cuándo se le ha caído?”, pensé. Y seguí mirando.

 Entonces, vi como se acurrucaba detrás de una  mesilla, agazapado en el suelo, intentado salir sin levantar sospechas en la tropa enemiga, que en ese momento era un bebé de menos de dos años.
3 minutos para la final ¡qué nervios!

- “ Bien” grité.  

Mi “marine” ha conseguido salir de la “habitación del pánico” y baja saltando de cuatro en cuatro los escalones. Con la respiración aún  acelerada, mira fijamente a la cámara que tengo en la mano.  Nuestro competidor es listo, se ha sentado sobre la cama y mira a su alrededor. Quizás, pensando que hace un rato papá estaba jugando a los soldados. Pero él sabe que es hora de dormir y vuelve a tumbarse abrazado a su ranita.

Y justo entonces, llegó el segundo final de espera.  “Patas arriba, abajo, a los lados”. Esta vez no colgaban porque intentaban correr, tensarse, sentir la emoción del campeón.

- “ ¡Qué grandes!!” Grité. Increíble Usain Bolt. 

jueves, 2 de agosto de 2012

Las bonitas se echan a perder…


Llevo varios días cantando canciones mentales. Es decir, sin sacar el sonido de mi mente (jajaja), solo cantando cosas que me vienen a la cabeza. Y como no paro de ver canales infantiles del estilo Baby TV, me acuerdo mucho de mi infancia. No sé si será el calor de estos días o la morriña de los años que no volverán. Lo cierto es que, aunque no todo tiempo pasado fue mejor,  ahora le ha dado a todo el mundo por recordar los años 80, la EGB, los viejos juguetes… Yo tenía muchas Nancys y también recuerdo una muñeca que se llamaba Darling. Esta última me la regalaron unos Reyes Magos despistados que no encontraron la Barbie. Así es que, para modernizarla, terminó con el pelo corto y con muñones por pies para hacerlos más chiquititos y femeninos (pobre Darling).

La cosa es que, recordando viejas canciones, he llegado a flipar y a “colgarme de mis patas” mientras las analizaba. Os pongo un ejemplo:

“Al pasar la barca..
Me dijo el barquero,
Las niñas bonitasss,
No pagan dinero.
Yo no soy bonitaaa
Ni lo quiero ser,
Porque las bonitas
SE ECHAN A PERDER”

Supongo que el autor o autora de esta original letra rompía espejos con su imagen o estaba muy amargado por la sombra de una guapa. Lo cierto es que no recuerdo a nadie que saliera traumatizado de aquellos juegos, pero no me parece bien clasificar a las niñas en “pilinguis” o “triunfadoras” por el simple hecho de ser “bonitas”.  Además, ¿para qué padres su niña no es la más bonita del mundo? Pues sepan todos, que según esta canción, su linda bebé está destinada al fracaso. Eso sí, “montar en barca” le saldrá gratis.

Para terminar, os dejo el párrafo de otra canción sin desperdicio. Una pista: al final el animal sobrevive, aunque menudo sufrimiento y lo alegre que la cantábamos…

“Se ha roto seis costillas
el espinazo y el rabo,
marramiau, miau, miau, miau,
el espinazo y el rabo”.