jueves, 2 de agosto de 2012

Las bonitas se echan a perder…


Llevo varios días cantando canciones mentales. Es decir, sin sacar el sonido de mi mente (jajaja), solo cantando cosas que me vienen a la cabeza. Y como no paro de ver canales infantiles del estilo Baby TV, me acuerdo mucho de mi infancia. No sé si será el calor de estos días o la morriña de los años que no volverán. Lo cierto es que, aunque no todo tiempo pasado fue mejor,  ahora le ha dado a todo el mundo por recordar los años 80, la EGB, los viejos juguetes… Yo tenía muchas Nancys y también recuerdo una muñeca que se llamaba Darling. Esta última me la regalaron unos Reyes Magos despistados que no encontraron la Barbie. Así es que, para modernizarla, terminó con el pelo corto y con muñones por pies para hacerlos más chiquititos y femeninos (pobre Darling).

La cosa es que, recordando viejas canciones, he llegado a flipar y a “colgarme de mis patas” mientras las analizaba. Os pongo un ejemplo:

“Al pasar la barca..
Me dijo el barquero,
Las niñas bonitasss,
No pagan dinero.
Yo no soy bonitaaa
Ni lo quiero ser,
Porque las bonitas
SE ECHAN A PERDER”

Supongo que el autor o autora de esta original letra rompía espejos con su imagen o estaba muy amargado por la sombra de una guapa. Lo cierto es que no recuerdo a nadie que saliera traumatizado de aquellos juegos, pero no me parece bien clasificar a las niñas en “pilinguis” o “triunfadoras” por el simple hecho de ser “bonitas”.  Además, ¿para qué padres su niña no es la más bonita del mundo? Pues sepan todos, que según esta canción, su linda bebé está destinada al fracaso. Eso sí, “montar en barca” le saldrá gratis.

Para terminar, os dejo el párrafo de otra canción sin desperdicio. Una pista: al final el animal sobrevive, aunque menudo sufrimiento y lo alegre que la cantábamos…

“Se ha roto seis costillas
el espinazo y el rabo,
marramiau, miau, miau, miau,
el espinazo y el rabo”. 

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