jueves, 19 de julio de 2012

No siento... la boca!!!


Qué sensación más extraña se experimenta cuando no puedes controlar una parte de tu cuerpo. Hoy, mientras el doctor Garabatos (así se llama mi simpático odontólogo), me aplicaba con delicadeza la anestesia, he pensado: “vaya tela, así se debe sentir la Duquesa de Alba y la madre de la Obregón!!!”. En realidad me han venido muchas más imágenes a la cabeza, como la de la inigualable Nati Abascal, ¡qué par de pómulos anestesiados que luce la pobre!

No me he metido botox ni me han levantado o estirado la piel, pero he podido comprobar lo desagradable que es sentir lo inerte. No sabía si reía, si babeaba, si torcía el labio… Para mí es fundamental poder sentir mi cuerpo y, con cuerpo, me refiero a todo: pies, manos, brazos, cuello, ojos, nariz, pómulos, boca, lengua… TODO!!! Porque, como ya dice el refrán: “quién no siente no padece”; pero una vida sin penas ni glorias no merece la pena. Quizás, nuestras universales “barbies de la botulina” no piensen lo mismo, están tan acostumbradas a las glorias que ocultan aquello que les causa pena, las arrugas, relajando en exceso el movimiento muscular de su rostro. Y como ya he dado claro ejemplos de féminas plastificadas, a los hombres os digo:

“las canas en su justa medida son muy atractivas y creo que hablo en nombre de la mayoría de las mujeres, al afirmar que es preferible besar una cara con arrugas que un globo a punto de estallar con boquita de piñón. Antes de actuar, vean imágenes de Mickey Rouge y Sylvester Stallone, se harán un favor o, al menos, se quedarán con las "patas colgando". 

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